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miércoles, 28 de agosto de 2013

ROD STEWART - TIME (2013)

En Time el viejo Rod está volviendo a casa, pero no a la casa del rock o del blues sino a su material cancionero influenciado por el folk rock y sus raíces celtas, volviendo a esas canciones dulces del su repertorio solista en a principios de los ´70s (especialmente el de sus legendarios discos Never a Dull Moment o Every Picture Tells a Story)
Luego de Human (2001) Rod Stewart se dio una vuelta (que por momentos pareció interminable) por los grandes clásicos del cancionero norteamericano, incluidas canciones navideñas y todo. Quizá por ello, uno de los méritos más destacables de este nuevo álbum sea que, la mayoría de las piezas pertenecen a este artista que (en este caso), sin hacer una irrupción rutilante sigue moviendo fibras íntimas. Convengamos que desde Vagabond Heart (1991), Rod no nos entregaba algo de “puño y letra”. Así, Time, nos ofrece una obra de 12 canciones (más tres bonus tracks) con mucha incidencia del británico. Sólo no son propios "Picture in a Frame" (de Tom Waits), y los tres bonus ("Corrina Corrina", "Love Has No Pride" y "Legless") Tal vez su veta compositiva haya surgido nuevamente producto del trabajo que realizó para elaborar su autobiografía salida a la venta a finales del año pasado, y ya considerada un best-seller mundial.
El sonido de Time muestra las intactas influencia del  folk, el soul, y el R & B, en la música del británico. Hecho que confirman temas como “Live the life” y “Beautiful Morning”.
El disco lo abre “She Makes Me Happy”, una canción de amor fiel al estilo de su trabajo de 1991 que no solo dice sino también muestra hasta qué punto Rod es “a reborn man” (un hombre renacido). En “Can´t Stop Me Now” habla de las épocas en que trataba de alcanzar el éxito como cantante. Con "Brighton Beach", la mezcla entre una melancólica letra sobre su juventud bohemia en los años ´60, antes de alcanzar la fama, cuando vagaba por la arena de esa conocida playa de la costa inglesa en donde se juntaban las tribus rocker y mods a cagarse a trompadas cada fin de semana, y un sonido acústico sumado a la interpretación de Rod nos acerca a una de las mejores piezas del disco. “It's Over” es una canción que también sigue por esa vía; la vena intimista del británico y su buena interpretación hacen que casi nos duela saber que “se acabó”.  “Sexual Religion” se relaciona con lo más banal de su producción ochentosa de radio FM.
Además, al igual que en la balada stone de 1974, Rod nos dice “El tiempo no espera a nadie”, en el tema que da título al disco, casi como si hubiera descubierto el misterio de diez constelaciones. Lo cierto es que “Time” es más auspicioso que efectivo. Un despliegue de recursos trillados en el mundo de este artista y más arreglos de lo que una canción puede soportar no hacen de este tema una de las mejores del trabajo. Sin embargo, acaso sea la que más se preste al vaivén de los celulares (hace unos años eran encendedores…) en ese momento tan emotivo de final de un show en vivo.  
“Pure Love” es una pieza dulce, emotiva y probablemente, por más cursi que sea su lírica, podría encajar perfectamente en el sentimiento que la mayoría de los padres tenemos por nuestros hijos; la incondicionalidad, y la sensación de estar entrelazados hasta el final. En su insistente y casi susurrante: “And you’ll always be/ You’ll always be/ You’ll always be a part of me” ("Y siempre serás/siempre serás/ siempre serás una parte mía”), la voz de Rod derrama más profundidad que el violín y el piano que lo acompañan.
Si bien en temas como "Live the life" pueden escucharse pequeños ecos de la ilustre “Maggie May”, posiblemente ninguna de estas canciones aparezca en otra lista de Las Mejores Canciones de Todos los Tiempos de la Rolling Stone.
Lo cierto es que ya sea por el tono de su particularísima voz e interpretación, por los pequeños destellos de canciones gloriosas de antaño, por el responsable y consecuente trabajo musical de su banda, o por algunas líricas cuya simpleza no afecta su efectividad, este trabajo puede ser considerado un material que, aunque no deslumbra, alumbra de algún modo una senda por la que sin dudas nos animamos a seguir a Rod, alguien nunca hará nada para caernos mal. Y en definitiva, Time trae algo inédito después más de 20 años de hacer equilibrio pivoteando en el carisma y es eso lo que festejamos.
Silvia Tapia.-


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