
Todos los temas del disco narran las experiencias vividas
por el propio autor durante la Gran Depresión del 30’ cuando la región central de los Estados
Unidos (Guthrie vivía en Oklahoma) fue
afectada por fuertes desastres climatológicos durante toda la década. El
fenómeno, conocido como “Dust Bowl” (tormentas de polvo), inspiró al trovador a
componer una serie de canciones que describieron las calamidades que veía a su
alrededor y que luego constituirían el primer álbum conceptual de la historia.
El disco abre con “The Great Dust Storm” (“La Gran Tormenta de
Polvo”), en la que relata en primera persona el comienzo
de los desastres, siguiendo con “I Ain’t Got No Home”, que cuenta con una melodía irónica
cuasi-infantil cómo fue que los ricos lo echaron a patadas de su casa y se
quedó sin hogar. Aquí empieza a manifestarse una tendencia a evocar cuestiones
políticas y de justicia social, temáticas históricamente evadidas por otros
géneros y que luego serían reivindicadas en los ‘60 por los artistas que llevaron
el folk al gran público, con Bob Dylan y Joan Baez a la cabeza. Así, en medio de desgracias y una
desesperanza reinante, Guthrie
también narra cómo el polvo le provocó neumonía (“Dust Pneumonia Blues”), se
convierte en vagabundo (“Dust Bowl Refugee”) y luego se vuelve parte de una
gran masa migrante rumbo hacia California en búsqueda de una vida próspera
(“Blowin’ Down The Road”), finalmente despidiéndose para siempre del polvo en
“Dusty Old Dust (So Long, It’s Been Good To Know Yuh)”.

Dust Bowl Ballads es una obra autobiográfica que ocupa un lugar
importante en la historia del rock &
roll por haber significado una alternativa ante los contenidos de las
letras de las canciones populares, que trataban sobre asuntos triviales,
situaciones amorosas y, en casos más arriesgados, introspecciones en las que
los artistas intentaban expresar sus sentimientos más profundos. Pero el
activismo social que instauró el folk
de Woody Guthrie, no debemos olvidar
que en su guitarra llevaba un sticker en el que se leía “esta máquina mata fascistas”, constituyó un hecho tan controversial
que fue duramente reprimido por los movimientos macartistas anti-comunistas. De
manera que tuvieron que pasar más de veinte años para que el género fuera
tenido en cuenta por la industria cultural. Y así, este disco se convirtiera en
una pieza inaugural del rock
politizado y contestatario.
Juan
Irurueta.-
No hay comentarios. :
Publicar un comentario