Fue una curiosa y hermosa noche en donde se hizo presente la emoción y el recuerdo. De movida, la excusa era realizar un ciclo basado en el repertorio folklórico argentino, y para eso fueron convocados Pedro Aznar y Roxana Amed; encargados de abrir la primera jornada en el anfiteatro de Costanera Sur. Sin embargo, nadie se pudo sustraer al hecho que había conmocionado a nuestra cultura nacional, tan sólo 48 horas antes: el fallecimiento de Luis Alberto Spinetta. Por eso, a pesar de que el repertorio elegido por Aznar y Amed fue casi todo folklórico, también hubo tiempo para homenajear al gran Flaco. Recordemos que, inmediatamente después de darse a conocer la triste noticia que enlutó al rock argentino, Pedro escribió un texto muy sentido que daba cuenta de su conmoción ante tal suceso. Luego, durante su show en Costanera, consolaría al público, diciéndoles que, en realidad, lo del Flaco no era una perdida; ya que, más allá de su desaparición física, “habíamos ganado un amigo para toda la eternidad”, y que debíamos preservar su mensaje, su obra, para las futuras generaciones. Antes, Roxana Amed (una de las mejores cantantes argentinas) había concluido su set interpretando “Durazno Sangrando”; y después, sería el propio Pedro el que pediría al público un minuto de silencio en honor de la memoria de Luis –un pedido, cumplido respetuosamente por las 10.000 personas presentes allí, y que concluiría con un aplauso interminable-, antes de interpretar –a dúo con Amed- esa inmortal zamba spinettiana llamada “Barro Tal Vez”. Por eso, lágrimas, canto y emoción no faltaron a lo largo de las casi dos horas que duró este concierto, en que Pedro estuvo, como siempre, impecable, cantando como los dioses, mientras se acompañaba con la guitarra criolla, la acústica de doce cuerdas, su infaltable bajo eléctrico, el teclado o un tambor de cuero.
Su generoso repertorio estuvo compuesto mayormente por zambas, con un cancionero que daba cuenta de todas las regiones de nuestro país: “El Cosechero”, “La Pomeña”, “La Volvedora”, “Los Hermanos”, “La Añera”, “El Senclanteño”, “Si Llega a ser Tucumana” y “Tan Alta Está la Luna”, entre otras. Tampoco faltaron los músicos invitados –de excepción-, como el gran percusionista Facundo Guevara, Franco Luciani –como siempre, brillante en la armónica-, y Víctor Heredia, quien cantó junto a Pedro el clásico “Todavía Cantamos”. Como si esto fuera poco, poco antes apareció Pedro –con su bajo con un destornillador para golpear las cuerdas- para interpretar “Muñequitos de Papel”. Además se dio el lujo de incluir tres clásicos de la gran Violeta Parra: “Maldigo del Alto Cielo”, “Volver a los 17” –cantado a dúo, de manera emocionante junto a Roxana-, y el infaltable “Y Arriba Quemando el Sol”. Y eso fue todo… ¿Eso fue todo? No, por supuesto que no; porque después de tres bises, de tantos aplausos, de tanto canto regado; aún quedaba tiempo para una canción más, la ultima… Qué, como no podía ser de otra manera, era de él, el gran ausente/presente, ese que nunca se va a ir de nuestros corazones y oídos… Así, Pedro se sentó con la acústica y nos regaló la ultima joya de la noche: “Ella también”, ese hermosísimo tema de Spinetta incluido en su clásico álbum Kamikaze, de 1982. Y justo ahí, en ese mismo instante final, una estrella fugaz pasó recorriendo el horizonte…
Emiliano Acevedo.-
No hay comentarios. :
Publicar un comentario