En diciembre de 1970, los Hollies editaron un álbum que no fue recibido con la atención que merecía debido a que fue percibido como "pasado de moda" por contener una estilo pop que no estaba en sintonía con el creciente movimiento progresivo liderado por King Crimson, Yes, Genesis Emerson, Lake & Palmer y Pink Floyd. Hoy, a más de 40 años de su aparición, debido al revival iniciado durante la década del '90 con el movimiento Brit Pop, podemos apreciar en justa medida a Confessions of the Mind.
Este disco fue el primero en ser lanzado por los Hollies luego de la partida de Graham Nash, quien se uniría al super grupo folk Crosby, Stills, Nash & Young. Siendo una de las voces y compositores principales de los Hollies, de seguro que la ausencia de Nash fue un gran desafío para este grupo que además venía de fracasar con la edición de un álbum dedicado por completo a versiones de canciones de Bob Dylan. Nash sería reemplazarlo por Terry Sylvester. Con éste obtendrían un inesperado suceso con el single "He Ain't Heavy, He's My Brother." El éxito de esta canción animó al grupo a redoblar la apuesta en lo que respecta a la composición de temas más elaborados listos para ser incluidos en un larga duración que debía ser el puntapié inicial de esta nueva etapa del grupo.
De esta manera the Hollies edita Confessions of the Mind. Un sorprendente álbum que contiene, a pesar de su fracaso comercial, un conjunto de canciones que podrían figurar entre las mejores de toda la historia del grupo. Abre el disco la última pieza compuesta por el tandem Clark/Hicks/Nash: el potente "Survival of the Fittest". Enseguida se percibe que, a diferencia de los discos anteriores "Butterfly" y "Evolution", en Confessions no se incluyen instrumentos exóticos como el sitar o percusiones orientales. Tom Hicks se convierte en el instrumentista estrella del grupo al utilizar una docena de guitarras que proveen un interesante abanico de tonalidades y colores acústicos. También se pueden apreciar excelsos arreglos orquestales.
El productor John Burgess es el encargado de incorporar, con excelente resultado, una fina sección de cuerdas que realiza un ataque sinfónico con tutti, en "Man Without a Heart". Por su parte, "Little Girl" parece ser casi un intento por imitar las armonías de Crosby, Stills & Nash, una prueba que vocalistas excelsos como Clarke, Hicks y Sylvester llevan a cabo sin inconvenientes. Lo mismo ocurre en "Perfect Lady Housewife", una canción agridulce, en la que aparecen algunos de los mejores solos de bajo y órgano jamás oídos en disco alguno de los Hollies. Sin embargo la "perla" del disco es "Confessions of a Mind", el tema más “progresivo" realizado por el grupo en toda su historia. Una aventura psicodélica que hace llegar hasta el infinito a la combinación brillante de armonías vocales del grupo. Casi una ensoñación sónica descabellada. El siguiente tema es "Lady Please", una balada country. Por el contrario, con "Frightened Lady" The Hollies da vida a una extraordinaria pieza que mezcla momentos acústicos y eléctricos. La cruda realidad urbana de una joven pareja proletariada que se tiene que casar por un embarazo no querido es retratada en la historia de "Too Young to Be Married", una canción que nos depara un extraordinario contrapunto de guitarra acústica solista y orquesta. Otro de los grandes momentos que incluyen guitarras acústicas ocurre en "Separated", una de las canciones más alocadas del álbum, con efectos sonoros con resonancias “selváticas”. Nada que ver con “I Wanna Shout”, una canción casi de cancha, que con su estribillo demoledor le pone punto final a este disco muy recomendable.
Emiliano Acevedo.-
No hay comentarios. :
Publicar un comentario