Escuche por primera vez al asturiano Nacho Vegas cuando editó su disco a dúo con Enrique Bunbury, El Tiempo de las Cerezas (2006), aunque el trabajo junto al ex Héroe del Silencio me pareció un tanto desparejo me abrió la puerta al ‘mundo Vegas’ y me llevó a descubrir rápidamente su disco Desaparezca Aquí (2005) el cual me pareció realmente una obra magnífica, con maravillosas canciones como “El Hombre que casi conoció a Michi Panero” y “Perdimos el Control”, plagado de una lírica confesional y un fraseo único del idioma castellano; con claras influencias del Dylan sobre todo de la época de Blonde on Blonde (1966), Townes Van Zandt y Leonard Cohen pero con una personalidad propia. Después llego el EP junto a Christina Rosenvinge con Un Verano Fatal (2007) y su disco del 2008 El Manifiesto Desastre. Todos los trabajos de Nacho Vegas reflejan el estigma de los perdedores, de los fracasos y sus sombrías confesiones.
Su flamante trabajo es La Zona Sucia, el primero en ser editado fuera de su sello habitual Limbo Starr y el primero bajo el ala del colectivo Marxophone. A primera escucha queda claro que estamos frent
e a un Nacho Vegas iluminado con una poesía a flor de piel. El primer tema del disco es “Cuando te canses de mi” y en plan confesional el asturiano declara “Me decías lo que media entre tú y tu soledad, es un trecho que no puedo abarcar”. “La Bromba Final” uno de los puntos mas altos del disco tanto en su música de oscuras armonías como en su letra: “Yo me limitaba a contemplar la misma grieta de la pared alguien dijo “habrá que demoler” no sé cómo no lo vi. llegar era el día de la gran broma final”. Este nuevo álbum de Nacho Vegas esta precedido por su ruptura sentimental y esto es mas que evidente en el quinto tema “Taberneros” en el cual canta “Ahora sé que lo único inagotable es esta insoportable pena ya se fue mi amor lo sentí marchar ya no volverá”.
Quizás para algunos fanáticos de la primera época de este cantautor este sea un trabajo un tanto mas accesibles comparado a sus primeras obras pero, de ninguna manera podemos decir que el asturiano cae en lugares comunes ni en facilismos a la hora de contar historias. Acompañado de un prolijo y elegante guitarrista como Xel Pereda y de un multiinstrumentista como Abraham Boba que saben abrigar con frágiles ropajes las sutiles melodías de este La Zona Sucia, un disco acústico y despojado de un músico que sigue fiel a sus instintos, siempre caminando al costado de cualquier moda oportunista.
Sin dudas Nacho Vegas va camino a convertirse un referente indiscutible del rock en español.
Lean.-
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