Y así, luego de la oportuna reformación del grupo con el regreso de su bajista original Frankie Poullain, en Hot Cakes, The Darkness vuelve al sonido de su primer disco, menos bombástico aunque bastante pretencioso, y que sigue en sintonía con todos los requisitos necesarios para ser una banda absurda y bizarra a la Spinal Tap. En efecto, en este nuevo disco el grupo reproduce los hedonísticos clichés del heavy metal, junto con su poder cancionero de las clásicas bandas pop, aunque sus nuevas canciones no tengan el impacto de “I Believe in a Thing Called Love”, “It´s Just Me?” o “One Way Ticket”, los viejos cortes de difusión de la banda. Sin embargo, algunos de los temas de Hot Cakes como la potente "Nothin's Gonna Stop Us" o "Everybody Have a Good Time" son firmes y efectivos himnos roqueros en sintonía con el mejor pop/rock del Queen de los ´80. Por su parte, "Forbidden Love" nos recuerda a los mejores temas de Boston o Foreigner, dos históricas bandas AOR; y la apasionada balada "Love Is Not the Answer", es otro buen tema que mixtura a Queen con el sonido de los grupos de hair metal de la era MTV de fines de los ´80. “She´s Just a Girl, Eddie” es un chiste interno del grupo en relación con una ex novia del baterista Ed Graham. “Keep me Hangin´On” es otro hitazo pop, con un estribillo apto para cantar en la cancha; mientras que en “With a Woman” abundan los riffs a la AC/DC. Otros puntos altos de Hot Cakes son “Living Each Day Blind”, una potente balada; y, especialmente, el acertado cover de “Street Spirit (Fade Out)”, el viejo tema de Radiohead –incluido en el disco The Bends, 1995-, que es uno de los números preferidos de los integrantes del grupo en los shows de The Darkness. Por último, los que adquieran la edición deluxe podrán disfrutar –además de varias versiones alternativas del material del disco- de “Cannonball”, un temazo que cuenta con la participación de Ian Anderson, histórico líder de Jethro Tull, quien nos deslumbra con su interpretación de flauta traversa.
En resumen, otro disco que no pasará a la historia, pero que cumple con su cometido: dar a los fanáticos de The Darkness (y algún que otro oyente circunstancial y culposo) un agradable repertorio de buen rock arrollador y canchero, bien británico y prepotente. Dato curioso, su impactante tapa está diseñada por el artista gráfico argentino Diego Gravinese (La Plata, 1971), y cuadra bastante bien con el material musical incluido en el álbum, lleno de sensualidad, machismo e intensión. Por lo pronto, no nos queda más que ver que nuevas novedades musicales –y de las otras- nos tienen preparados, de aquí en más, The Darkness con este regreso que también incluye una insólita participación como teloneros de Lady Gaga (!) en la gira que los traerá por primera vez a nuestro país el próximo 16 de noviembre para tocar en el Monumental.
Emiliano Acevedo.-
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