Seguinos vía Facebook

Buscanos en Facebook como Secuencia Inicial y agreganos a tu perfil, compartimos videos y novedades.

sábado, 3 de noviembre de 2012

LUCA PRODAN – SUMO (Enseñando libertad)


Un 17 de mayo, allá por el año 53´ nacía en Roma, Italia, el tercer hijo de la familia Prodan. Luca lo nombraron sus padres, un niño criado entre el lujo y el confort de la alta sociedad, compartiendo por ejemplo la misma enseñanza que el mismísimo Príncipe Carlos de Inglaterra.
Sin embargo,  todo eso le resultaba ajeno a ese joven admirador del rock psicodélico y sinfónico de referentes como  Syd Barrett y Pink Floyd. Algo incontrolable brotaba en él, algo que no lo dejaba estar satisfecho con esa vida que sus padres le habían planificado. Así, poco a poco, encontró en la música un refugio y un desahogo. En los 70´ creó su primera banda junto con algunos amigos. Comenzó a adorar el caos y la revolución, montado en el frenético y distorsionado sonido del punk rock, inspirado en íconos del género como Joy Division. Aunque también respetando todos los géneros que promovieran y valoraran el libre albedrío, como el dub y el reggae, que empezaban a gozar de popularidad en la Europa de la época.
Siempre buscaba algo más, explotar cada resquicio de su libertad, y en esa búsqueda abandonó su educación, probó los excesos, viajó por el mundo y desafió límites. Viviendo en Londres se inició en el consumo de la heroína, sufriendo una crisis que lo dejó al borde de la muerte (Situación que él mismo detalla en la letra del tema “Heroína”). Entonces recibió una carta de un amigo en Argentina, y decidió ir allí, incluso sin conocer el español, buscando asentarse y un poco de paz.
En 1981 emprendió un viaje hacia las sierras de Mina Clavero, en Córdoba. Sin embargo su espíritu rebelde no soportó la tranquilidad y comenzó a trabar amistad con músicos de la zona. Conoció así a Germán Daffunchio y a Alejandro Sokol. Escapando de la soledad del campo se instaló en Hurlingham y se decidió a formar una banda contando con Sokol (bajo), Daffunchio (guitarra) y una amiga inglesa de Luca, Stephanie Nuttal (batería), saliendo por primera vez a escena en febrero del ‘82, en un pub de El Palomar, bajo el nombre de SUMO.
En esta primera época, y en busca de recaudar más fondos, muchas veces los integrantes de la banda salían a tocar por Buenos Aires con sus bandas paralelas: la Hurlingham Reggae Band y Sumito. Generando en esa fusión musical el estilo único que caracterizó a la banda. En las palabras del propio Luca:
"En un principio, eran casi todos temas míos. Después la cosa fue cambiando, entró una onda mucho más reggae, nos desdoblamos en la Hurlingham Reggae Band (que era únicamente reggae) y Sumo, por su parte, se puso más pesado. Después se unieron los dos grupos otra vez, yo me fui a Europa, y cuando volví con Sumo comenzamos a hacer temas de la Hurlingham... Ahora Sumo es medio reggae y medio pesado. En fin: medio raro."
Sus shows cargados de adrenalina y de emociones violentas, causaron sorpresa en el under nacional, hacían algo distinto, trajeron algo nuevo, diferente a lo desarrollado en el rock local. En  sus primeras presentaciones todos sus temas eran en inglés lo que provocó cierto repudio en muchas personas dado el ferviente nacionalismo generado por la Guerra de Malvinas, lo que terminó generando la partida de Stephanie de vuelta a su país natal por miedo a represalias.
Ante la contingencia se dio un inminente cambio en la estructura del grupo pasando Sokol a la batería y sumándose un joven vecino, Diego Arnedo, que emocionado por la música que sonaba en esa casa de Hurlingham decidió acercarse y terminó formando parte del grupo como bajista. Sumándose también las participaciones de un periodista que por entonces trabajaba en la revista El Expreso Imaginario haciendo diversas notas sobre música y que además tocaba el saxofón, nada más ni nada menos que Roberto Petinatto.
Es esa formación la que en 1983 graba un demo llamado Corpiños en la madrugada donde ya aparecían algunos temas que se trasformarían luego en suceso. Por ejemplo un tema llamado “Una noche en New York City”, más tarde popularizado como “La rubia tarada”. En él Luca Prodan logró capturar una esencia nacional, invisible aún para los propios argentinos, tal vez por la objetividad de ser extranjero, pero seguramente por la cultura y poesía urbana que brotaba en cada una de sus líricas.
"...Basta! Me voy, rumbo a la puerta
y después al boliche a la esquina
a tomar una ginebra con gente despierta.
¡Esta si que es Argentina!"
Fragmento de "La rubia tarada".

Ya en 1985 lanzan su primer trabajo discográfico con una compañía, titulado: Divididos por la felicidad. Agregándose Alberto Troglio como baterista, tras la partida de Sokol y Ricardo Mollo, amigo de Arnedo, como guitarra y voz. Sumándose también algunas participaciones de Marcelo “Gillespi” Rodríguez en trompeta. Con este trabajo lograron la consolidación como uno de los fenómenos musicales más importantes de la escena under, compartiendo muchas veces escenario con otra aparición que surgía: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Justamente uno de los temas más populares del disco, “Mejor no hablar (de ciertas cosas)”, fue compuesto para Sumo por el “Indio” Solari. Además se destacan en el disco canciones inmortales como “Kaya” y “Regtest” con una clara influencia reggae. 
Su siguiente trabajo los terminó de catapultar a la fama. Llegando los monos (1986) está conformado por temas como “Los viejos vinagres”, con esa fuerza punk/hard rock y la crítica social característica de muchos de sus temas y “Que me pisen” un tema que logra captar con maestría muchos aspectos de la idiosincrasia del ser nacional, casi como un auto-flagelo que nos caracteriza.
 After Chabón, última placa discográfica lanzada en el 87´ - si bien luego salieron otros discos de colecciones y con material inédito como Fiebre (1989) - mantuvo esa fresca locura propia de Sumo, incluyendo uno de los temas épicos de la banda: “Mañana en el Abasto”.
A fines de ese mismo año encuentran a Luca muerto en su departamento, dejando claro que los excesos dejaron huella profunda en su cuerpo. Y así, con el fin de su vida, también termina Sumo. Luca Prodan fue un hombre fundamental para el desarrollo de la cultura musical argentina, un hombre de mundo que le mostró a un país, que recién salía de la dictadura, lo que era la libertad. Un poeta con una basta cultura y a la vez un joven rebelde, las dos facetas de una misma persona, un nombre que sobrevivirá al paso del tiempo y que seguramente tenía mucho más para enseñar, para contar, para cantar.
 La calidad musical de esta banda no se observa solo en las líricas y las canciones, sino también en la capacidad de cada uno de los músicos que lo conformaban, incluso la separación de Sumo derivó en la creación de dos de las bandas más representativas del rock nacional, Las Pelotas y Divididos, que quizás nos sigan contando algo de lo que Luca les dejó.
Gustavo Rosatto.-


No hay comentarios. :