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martes, 23 de octubre de 2012

MUNDO ANFIBIO – LISANDRO ARISTIMUÑO (2012)

Mundo Anfibio es el último trabajo de Lisandro Aristimuño lanzado a la venta en abril de este año. Este “cosmos” de 11 canciones corresponde a su quinto álbum, que al igual que el anterior, Las Crónicas del Viento (2009), fue grabado bajo la impronta de su sello, Viento Azul Discos y además de volver a reunir a su banda, los Azules Turquesas, cuenta con el exquisito suplemento de invitados, como Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu, y Boom Boom Kid (BBK), que con sus pisadas musicales marcan sendas en la superficie de este universo tan líquido como compacto. En este trabajo Lisandro abandona notoriamente su lado más introspectivo, y pueril para emerger de realidades evocadas o recónditas a una superficie agobiante, real, sórdida y por momentos, ominosa, vinculada con el hombre posmoderno, y con un mundo adulto en el que se pierde la calma.
En este álbum participó Diego Frenkel, como asistente de audio en guitarras eléctricas, y por su puesto, no faltaron el charango y el ronroco de la mano del primo del rionegrino, Carli Aristide; y las palmas, el jaleo y las voces del dúo experimental de flamenco La Tierra al Aire, dirigido e integrado por Rocío, hermana de Lisandro, que también es la voz femenina, que aporta en sus intervenciones ese toque casi de lengua tonal de contrastes fónicos similar a un canto tribal, oriental o gregoriano. Dos cellos y dos violines continúan definiendo la identidad aristimuñana. 
Desde la pintura en su tapa a cargo del artista plástico Gabriel Sainz, Mundo Anfibio nos introduce en un misceláneo universo entre construido y dado, entre natural y artificial. Un estanque por sobre el que se yergue un cruce de autopistas, muchos animales, chimeneas industriales, antenas, un desagüe fluvial, y oficinistas que caminan hacia, y emergen del, estanque y en la profundidad de este una vía y un tren que son esquivados por elefantes, tortugas y monstruos sumergidos. Una especie de fábula pintada que nos muestra un espacio turbio y agobiante, que en todo caso, nos resulta familiar. 
Es difícil encasillar a un artista como Aristimuño, des-generado por naturaleza. Por lo tanto plantear que en este trabajo se ha acercado a un estilo roquero, sea quizá una licencia excesiva o reduccionista de la amplia libertad y versatilidad de toda su obra en la que desde el inicio centellean armoniosamente bases folclóricas, samplers, y sonido eléctrico. Y si tenemos en cuenta que el propio término “anfibio” significa “en ambos medios”, difícilmente alguien pueda acercase a algo de lo que nunca se ha apartado del todo. 
No obstante, tal vez, en este trabajo, más allá de su temática, la guitarra y voz de Mollo, sumado a la participación de BBK, efectivamente, nos indica un recorrido donde la cadencia de la voz se torne más enérgica y las cuerdas de una guitarra se rasguen con una violencia que impulsa a subir el volumen. Todo esto sumado a la precisión del mensaje lírico es, quizá, lo que puede ser definido como la fibra del disco, una potencia que despierta, inquieta y provoca. 
El punto de partida de un viaje donde la sorpresa y el contenido nos irán empujando de los terrenos conocidos a los inexplorados y a la inversa es “Elefantes”, primer tema del disco, que empieza con una especie de estampida sonora, una percusión que nos obliga a correr campo traviesa buscando llegar a ser uno mismo. La sensibilidad pausada, tintineante, y zigzagueante que caracteriza a este verdadero creador llega en los temas como “Aurora Boreal”, “Cien Pájaros”, o “Donde vayan tus pies”, pieza en la que la dulzura de Hilda Lizarazu acentúa la frase que reza: “Ah, corre la luz / Por donde vayan tus pies / Ilumina tu camino/ Déjale algo bueno a tus huesos”. Por su parte “Foso” y “Anfibio”, el corte de difusión, sean, quizá, las piezas que más se acercan a la sonoridad a la que Lisandro nos acostumbró. Mezcla de bombos, guitarras, murmullos, sonidos aislados y una voz clara y afinada que nos deja ideas sobre lo oscuro de un mundo atormentado donde la adaptación a veces implica perder el lado más humano y natural. Mollo tuvo el privilegio de elegir y eligió tocar en el tema “Traje de Dios”, donde desarrolla un solo pulsando las cuerdas al mejor estilo Hendrix. Pero este gran violero nacional no solo aporta el wha- wha de una guitarra “congestionada” sino que también le pone su inconfundible voz a la segunda y cuarta estrofa de la canción “Un dólar, un reloj y una frase sin sentido”. 
“How long” constituye una fuerte declaración de principios sobre lo pagable, lo costoso y el valor de las cosas. La voz de Nekro (BBK) le imprime a esta bella canción, una de la más lograda del disco, un tono entre desgarrador y rutilante. Este tema nos recuerda que se paga con dinero, pero también con tiempo y sobre todo que hacer lo que realmente vale la pena, lo realmente valioso, es la deuda más importante que tenemos con nosotros mismos: “Mutar para ser mejor / Oler y lijar madera / O acaso también se paga? / O acaso también se paga?” 
Como el propio Lisandro dice en el registro audiovisual de la grabación del disco (Que puede verse en el final de esta nota) "el anfibio salió del agua, salió del Río Negro y entró a la ciudad con el smog". Y así es, el recorrido de este gran artista y fundamentalmente de este álbum apenas ha comenzado. Mundo Anfibio está nominado a los Premios Grammy Latino 2012 en la categoría “Mejor Álbum de Música Alternativa” cuya entrega se desarrollará en Las Vegas el próximo 15 de noviembre. 
Lisandro lo hizo otra vez. Suena joven. Suena nuevo. Mundo anfibio trae viento fresco, transformación, y sobre todo le aporta al escenario artístico nacional un material para enorgullecerse. 
Silvia Tapia.-

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