Tempest el nuevo disco de Bob Dylan es una obra que desborda blues añejo y country rock de altura. Hablar de Dylan es hablar de uno de los mas grandes artistas del siglo XX, influyo en la obra de cientos de músicos, todos lo nombran como un referente ineludible, su obra es inmensa debuto allá por 1962 demostrando sus dotes de gran narrador de historias de personajes que venían de los estratos mas bajo de la sociedad, como él.
Profundo admirador de Woody Guthrie, se instalo en Nueva York a comienzos de la década del sesenta y no desaprovechó las oportunidades que esta ciudad le brindaría. A lo largo de su carrera fue forjando un carácter parco que lo trasformaron en este songwriter maduro de voz cascada. Compuso discos clásicos en casi todas las décadas, pero su fuerte fue a mediados de la década del sesenta trabajos como The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), Highway Revisited (1965) y Blonde on Blonde (1966) forjaron los cimientos de un country rock irrebatible. Es junto a los Beatles uno de los artistas mas versionados del mundo, nunca lo cegaron las luces del centro, ni las excentricidades de los rock star y cuando esto podía llegar a pasarle se guardaba, se cuidaba, se refugiaba en sus amigos.
A los 71 años Dylan nos entrega su trabajo en estudio número 35, a poco de cumplir cincuenta años de carrera nos sorprende escuchar a un cantautor notable con un aura de sabia madurez, con esa tranquilidad que solo derrochan las personas que hacen lo que realmente tienen ganas de hacer, sin ningún tipo de ataduras. A esta altura el bueno de Bob no debe pedirle permiso a nadie, ni buscar guiños cómplices de las compañías discográficas, simplemente escribe canciones y sale de gira de tanto en tanto.
Tempest comienza con “Duquesne Whistle” compuesta en co autoria junto al poeta y ex Grateful Dead Robert Hunter con quien ya había entablado una gran relación compositiva en su anterior obra Together Through Life (2009) y es un comienzo ideal para el viaje mental que el disco nos propone por la música de raíces folk y blues de los años veinte y treinta. Todos esos artistas que influenciaron a Dylan en el comienzo de su carrera están presentes a lo largo de los diez tracks que dura el álbum, en el cual Dylan se despacha con extensas composiciones como “Narrow Way”, “Sacrlet Town” y “Tin Angel” largos sermones que abarcan temas como las relaciones humanas de amor/ odio , venganzas, mucha acción y controversias religiosas como si fuesen mini películas que duran entre siete y nueve minutos, pero eso no es todo en la canción “Tempest” casi catorce minutos sobre el hundimiento del Titanic, ¿podemos tomarlo como un futuro epitafio?. Quizás, con Dylan nunca sabemos. Y para el final un homenaje al genio de Liverpool con “Roll on John”. Lennon en palabras de Dylan dos genios de la cultura grande del siglo XX unidos en una canción.
Tempest es nada más y nada menos que otro disco de grandes canciones, de quien es quizás el mejor cantautor de todos los tiempos, muchos dirán que no trae nada nuevo y que es un tanto monótono OK, yo prefiero disfrutarlo como se disfruta a los grandes de verdad sin tantos cuestionamientos.
Lean Ruano.-
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